
Cuando uno pasea por la orilla de Marina Bay, cruzando puentes, entrando y saliendo de edificios de proporciones colosales, alcanzando alturas de vértigo, siguiendo con los ojos el perfil vertical de los diseños vanguardistas, su mente ya está preparada para introducirse en un orbe cercano a la ciencia ficción: Un extenso jardín botánico, en el que gigantescos árboles artificiales nos dan la bienvenida al estimulante mundo de las plantas.
Los “Gardens by the bay”, como son conocidos en inglés, son un espectáculo en si mismos, pero también una oportunidad para acercarnos a plantas y árboles de diferentes latitudes, que crecen bajo enormes cúpulas-invernadero, y recrean sus hábitats naturales.
Recorrer los jardines, es algo intuitivo, y además están perfectamente señalizados. No obstante, hay varias zonas diferenciadas.
Supertree Grove (los superárboles)
Los superárboles están dotados de discretas células fotovoltaicas que recogen la energía solar, empleada para iluminar con diferentes colores la noche, en un espectáculo propio de otro mundo, como si los árboles despertaran de un letargo y cobraran vida.
Sin duda la atracción principal, formada por 11 estructuras que simulan ser árboles futuristas, algunos de los cuales alcanzan una altura de 16 pisos. Su entramado superficial alberga a unas 163.000 plantas de más de 200 especies. Dos de los superárboles están conectados por un skyway, o pasarela de 128 metros y una altura de 22.
Si durante el día los jardines sorprenden, es de noche cuando desarrollan todo su explendor en un efecto de fantasia.
Flower Dome & Cloud Forest (la cúpula de las flores y el bosque húmedo)
La primera recoge una amplia variedad de plantas de diversas regiones recreando, bajo un futurista invernadero, diferentes climas.
Estas atracciones son de pago: 28 $ de Singapur, para los extranjeros.
El segundo simula las condiciones propias de un bosque nuboso. Destaca el diseño de una estructura de 35 metros de altura que reproduce el hábitat tropical, de una montaña cubierta de bruma y exuberante vegetación epifita, esto es, que requiere poco sustrato y vive sobre otras plantas. El efecto de la cascada artificial de interior (la más alta del mundo) empapa de agua las plantas.
Se sube a lo más alto a través de un ascensor, y se desciende por medio de dos pasarelas a las que llegan las nubes de niebla artificial que refrescan el ambiente.
Dragonfly lake (lago de las libélulas)
Este es un largo paseo por la orilla del lago en el que las siempre activas libélulas nos acompañaran un buen trecho. Hay bancos de madera donde descansar a la sombra.
No podían faltar las imaginativas esculturas de libélulas. Aún quedan por descubrir pequeños jardines temáticos, estanques con peces, y alguna sorprendente escultura.